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viernes, 24 de febrero de 2012

TENTACIÓN

“Bienaventurado el varón que soporta la tentación; porque cuando haya resistido la prueba, recibirá la corona de vida, que Dios ha prometido a los que le aman” 
                                                                                                     Santiago 1:12      
Si hay algo que perturba incesantemente al cristiano, son sus derrotas ante la tentación: “No logro resistir”; “Soy demasiado carnal”; ¿Qué hago con mi vida?; “Soy demasiado débil”. Expresiones de frustración de un cristiano sincero.
Creo que nadie por propia voluntad quisiera ser un fracasado. Todos nos esforzamos, luchamos, tratamos de controlar nuestros impulsos, pero parece que nada resulta. ¿Será que habrá una solución?
El problema es que, al llegar la tentación, concentramos nuestros esfuerzos en no caer, cuando lo que debiéramos hacer es concentrarnos en Jesús, en no separarnos de Él. Al hacer esto, caemos. No porque la tentación haya sido demasiado fuerte, si no porque nos alejamos de Él. Cosa que ya nos había advertido: “Sin mí, nada podéis hacer”, nada, y mucho menos resistir la tentación.
Entonces, ¿cómo enfrentar la tentación? Si llevas una constante comunión con Jesús, todo lo que necesitas es, al llegar la tentación  decirle lo que estás sintiendo o pensando. Te puede parecer extraño al principio.
¿Cómo decirle, por ejemplo, que estás planeando salir con una persona que no es tu cónyuge o qué estás pensando ir a un lugar que no es compatible con la vida cristiana? ¡No, no, esto no funciona!, puedes pensar. Pero ahí está la clave del problema.
La próxima vez que la tentación aparezca, cuéntale a Jesús lo que sientes, así te parezca irreverente y/o atrevido.
Si lo llevas a la práctica, percibirás que, mientras vas dialogando con Jesús, el deseo pecaminoso empieza a desaparecer de manera natural: ¡VENCISTE! No porque te hayas esforzado por no caer, sino porque luchaste para no separarte de Jesús.
A ver, pensemos en esto: El pueblo de Israel, cuando estaba a punto de entrar a la tierra prometida, pecó. Y Dios dijo: “Por cada día, 40 años en el desierto”, y vagaron sin saber que Dios ya lo tenía todo preparado para entregarles.
Satanás vino para destruirnos y no va a parar hasta lograrlo, no le demos lugar a que nos mate nuevamente. Lo que debe mantenernos firmes es saber que, si cedemos, lo perdemos TODO.

3 comentarios:

  1. Wow... Copado ser la primera que comenta su propia reflexión... =)No comments! =)

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  2. =) Muy cierto Fer todo eso... Quien cae en tentaciones no es por que ellas son muy fuertes sino mas bien porque soltó la mano de Jesús... no es verdad lo que dicen muchos: "No todo es Dios"... porque si es, en lo pequeño y en lo grande debe participar El, porque sin el la vida simplemente para tambaleando y caemos de tentación en tentación... dejamos a Dios a un lado y decimos: Después Dios, y luego nos quejamos de los inconvenientes! debemos reconocer que Dios es y será siempre una piedra fundamental en nuestras vidas!
    Besote!!! =)...♥

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    1. Gracias Marie por apoyarme en esto!! Te quiero mil!! =)♥

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